Una fractura dental es más común de lo que muchos piensan y puede ocurrir en cualquier momento, ya sea por un accidente, una caída o incluso al morder algo duro. Cuando un diente se rompe, no solo afecta a la estética de nuestra sonrisa, sino que también puede provocar dolor, sensibilidad e incluso complicaciones mayores si no se trata a tiempo.
En este artículo, exploraremos todo lo que necesitas saber sobre las fracturas dentales: cómo se producen, los diferentes tipos que existen, los tratamientos disponibles y qué hacer en caso de sufrir una. Además, si estás en Linares y necesitas atención para una fractura dental, en nuestra clínica dental en Linares contamos con los mejores especialistas para urgencias dentales en Linares.
¿Cómo se produce una fractura dental?
Las fracturas dentales pueden ocurrir por diversas razones, algunas relacionadas con traumatismos y otras con el desgaste natural de los dientes. Entre las causas más frecuentes se encuentran:
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Traumatismos o golpes: Un accidente deportivo, una caída o un impacto fuerte en la boca pueden provocar la rotura de un diente.
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Morder objetos duros: Hábitos como morder hielo, caramelos duros o incluso abrir envases con los dientes pueden debilitar su estructura.
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Bruxismo: Rechinar los dientes de manera constante (especialmente por la noche) puede generar microfracturas que, con el tiempo, derivan en roturas más graves.
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Caries avanzadas: Cuando una caries debilita demasiado el diente, este puede fracturarse incluso al masticar alimentos blandos.
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Empastes grandes: Si un diente ha sido restaurado con un empaste extenso, puede volverse más frágil y propenso a fracturarse.
Independientemente de la causa, es fundamental acudir a un odontólogo lo antes posible para evaluar el daño y evitar problemas mayores.
Tipos de fracturas dentales
No todas las fracturas dentales son iguales, y su gravedad depende de la profundidad y ubicación de la rotura. Los principales tipos son:
Fracturas menores (esmalte)
Estas afectan solo a la capa externa del diente (el esmalte) y suelen ser superficiales. Aunque no suelen causar dolor, es importante tratarlas para evitar que empeoren con el tiempo.
Fracturas moderadas (esmalte y dentina)
En estos casos, la rotura atraviesa el esmalte y llega a la dentina, la capa intermedia del diente. Esto puede generar sensibilidad al frío, al calor o al tacto, ya que la dentina está conectada con las terminaciones nerviosas.
Fracturas graves (afectación pulpar)
Cuando la fractura alcanza la pulpa dental (donde se encuentran los nervios y vasos sanguíneos), el dolor suele ser intenso y puede haber sangrado. Estas fracturas requieren atención inmediata para evitar infecciones.
Fractura radicular (en la raíz)
A diferencia de las anteriores, este tipo de fractura ocurre por debajo de la encía, en la raíz del diente. A veces no es visible a simple vista, pero provoca molestias al masticar.
Diente partido en dos
En los casos más severos, el diente puede partirse vertical u horizontalmente, lo que dificulta su restauración y, en ocasiones, obliga a su extracción.
Tratamientos para una fractura dental
El tratamiento dependerá del tipo y gravedad de la fractura. Algunas de las opciones más comunes son:
Pulido y reconstrucción
Si la fractura es pequeña y solo afecta al esmalte dental, el odontólogo puede pulir la zona para suavizar los bordes o realizar una reconstrucción con resina compuesta.
Carillas o coronas dentales
Cuando el daño es moderado, una carilla dental (para fracturas frontales) o una corona (para dientes posteriores) pueden restaurar la forma y función del diente.
Endodoncia
Si la fractura ha llegado a la pulpa, será necesario realizar una endodoncia (matar el nervio) para eliminar el dolor y salvar el diente antes de colocar una corona.
Extracción e implante
En casos extremos donde el diente no puede salvarse, se procede a su extracción y posterior reposición con un implante dental o un puente.
¿Qué hacer ante una fractura dental?
Si sufres una fractura dental, sigue estos pasos para minimizar daños:
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Enjuaga tu boca con agua tibia para limpiar la zona.
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Si hay sangrado, aplica una gasa limpia con suave presión.
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Guarda los fragmentos rotos (si los hay) en suero fisiológico o leche, ya que en algunos casos pueden reimplantarse.
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Aplica frío externo para reducir la inflamación.
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Evita tomar analgésicos directamente sobre la encía, ya que pueden quemar el tejido.
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Acude a un odontólogo urgentemente, especialmente si hay dolor intenso o el diente se ha partido por la mitad.
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